Crivella, un pastor evangélico de la Iglesia Universal del Reino de Dios, estaba siendo investigado por su participación en un esquema llamado “QG de la coima”.
Según la investigación judicial a través de ese mecanismo las empresas que querían cerrar contratos con la alcaldía debían pagar sobornos.
Las autoridades sospechan que existía una estructura dentro de la alcaldía coordinado por el empresario Rafael Alves, hombre de confianza de Crivella también preso esta mañana.
Empresarios que debían cobrar dinero de la alcaldía o querían cerrar nuevos contratos debían girar cheques a Alves, quien intercedía ante la alcaldía para liberar acuerdos.